Cuidado de los guantes
Muchos de nuestros guantes llevan la etiqueta "sólo limpieza en seco" porque, si los lava y lo hace mal, puede dañarlos. Sin embargo, algunos de nuestros materiales pueden lavarse a mano o a máquina, si se hace con cuidado. En caso de duda, póngase en contacto con nosotros.
Algodón suizo, encaje y tul
Ligeros, estructurados y delicadamente detallados: el algodón suizo, el encaje y el tul aportan cada uno su propio tipo de refinamiento. Lo que les une es su necesidad de una manipulación suave y de espacio para respirar. Estos tejidos no son frágiles, pero responden mejor a la quietud y la sutileza. Si se tratan con cuidado, mantienen su forma, textura y gracia sin esfuerzo a lo largo del tiempo.
Instrucciones de cuidado:
Coloque los guantes dentro de una bolsa de malla para prendas delicadas y lávelos en un ciclo suave y frío con una carga pequeña. No los retuerza, retuerza ni exponga a altas velocidades de centrifugado. Una vez limpios, colóquelos en posición horizontal para secarlos y vuelva a darles forma a mano mientras estén húmedos, teniendo cuidado de alisar los bordes, ribetes o adornos. Nunca seque en secadora ni aplique calor.
Para conservar la estructura y los detalles:
Para los guantes con bordados, bordes festoneados, tul en capas o detalles decorativos, le recomendamos que acuda a un especialista textil familiarizado con la confección de prendas nupciales o de algodón fino. Ellos pueden restaurar la forma y el acabado sin comprometer la integridad del tejido.
Algodón suavizado, lana merina y cachemira
Suaves, naturales y silenciosamente lujosas: el algodón afelpado, la lana merina y la cachemira son fibras que recompensan una consistencia suave. No exigen mucho, pero esperan paciencia: agua templada, secado lento y un tacto respetuoso. Con el ritmo adecuado de cuidados, estos materiales se mantienen flexibles, cómodos y con una bonita forma con el paso del tiempo.
Instrucciones de cuidado:
Lavar a mano en agua tibia (o templada) con jabón puro en escamas. Aclare a fondo y, a continuación, presione suavemente entre toallas limpias para eliminar el exceso de humedad. Colóquela en posición horizontal para que se seque y vuelva a darle forma mientras aún esté húmeda. Nunca retuerza, restriegue, cuelgue ni exponga al calor o a máquinas.
Para restaurar la suavidad y la forma:
Si el tejido empieza a ponerse rígido, a formar bolitas, a perder su tacto cepillado o su elasticidad, le recomendamos que acuda a un especialista en tejidos o géneros de punto. Ellos pueden refrescar la superficie y restaurar el equilibrio sin debilitar las fibras naturales.
Seda, Satín y terciopelo
Elegantes por naturaleza y sensibles por diseño - la seda, el Satín y el terciopelo llevan cada uno un drama silencioso. Ya sea el susurro luminoso de la seda, el deslizamiento reflectante del Satín o la rica profundidad del terciopelo, estos tejidos se definen por su superficie y su estructura. Para preservar su belleza, menos es siempre más. Responden mejor a una agitación mínima, poco calor y espacio para respirar.
Instrucciones de cuidado:
Para la seda y el Satín: dé la vuelta a los guantes y colóquelos en una bolsa de malla para prendas delicadas. Lávelos en frío en un ciclo suave. Colóquelos en posición horizontal para secarlos y vuelva a darles forma con cuidado mientras estén húmedos. Nunca los retuerza, seque en secadora ni aplique calor directo. Para Satín, si un tirón aparece, realinee suavemente las fibras por el revés.
El terciopelo no debe lavarse nunca en casa. Evite doblar o prensar el pelo. Guárdelo en plano en un lugar fresco y oscuro, lejos de la humedad y la compresión.
Para la restauración de la superficie y la estructura:
Si se ha perdido el brillo, se han formado arrugas o el tejido se ha deformado, un limpiador profesional con experiencia en trajes de noche y tejidos delicados es el más indicado para restaurar la claridad, la textura y la forma.
Cuero
Los guantes de cuero no sólo se llevan: se viven. Con cada uso, se vuelven más personales, se suavizan a su forma y ganan carácter con el tiempo. Sólo piden paciencia y moderación. Una rozadura o una mancha del tiempo no son daños: forman parte del viaje. Pero cuando se necesitan cuidados, el cuero responde mejor a la sencillez y al tiempo.
Instrucciones de cuidado:
Aplique polvos de talco sobre las marcas con un paño seco. Déjelos intactos durante 48 horas y, a continuación, quíteles el polvo suavemente. Si los guantes se mojan, séquelos con cuidado, vuelva a darles forma suavemente y déjelos secar al aire de forma natural, lejos de radiadores, luz solar o calor artificial. Nunca los doble ni los guarde mientras estén húmedos.
Para una restauración más profunda:
Si la piel se vuelve rígida, deforme o desarrolla manchas persistentes, recomendamos consultar a un especialista en el cuidado de la piel que pueda restaurar su estructura y superficie sin comprometer su pátina natural.